Resumen histórico del conflicto palestino-israelí
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Resumen: Considerando, que el conflicto palestino-israelí
es un tema permanente en la agenda internacional, el siguiente escrito presenta
de forma sucinta el devenir histórico de la disputa hasta nuestros días. Además, se presentan las principales
consideraciones relativas a la solicitud del reconocimiento de Palestina como
Estado de pleno derecho de la ONU y algunas claves hacia la búsqueda de
soluciones.
Historia de Palestina
Se denomina como Palestina al territorio comprendido
entre el mar Mediterráneo y las inmediaciones de la depresión
del río Jordán (de oeste a este); y entre algunas zonas
del Líbano actual hasta el río Litani y algunas zonas
del Neguev[i].
Históricamente, el espacio territorial que ocupa
Palestina ha tenido una importante significación estratégica, pues ha sido
importante ruta comercial entre continentes y como tal ha albergado diversas culturas
y formas de pensamiento.
A pesar de la mencionada diversidad, siempre existió una mayoría
de pueblos árabes, que para entonces estaban organizados en tribus, profesantes
de la fe islámica pero con frecuentes choques entre sus jefes tribales y
disputas territoriales.
Los territorios palestinos estuvieron bajo el mandato de
diversos imperios, siendo el turco otomano el último en dirigirlos hasta
finales de la primera guerra mundial.
Al concluir aquella guerra en 1918,
Francia e Inglaterra se repartieron los territorios conquistados
a los otomanos, creando las actuales fronteras de Siria, Líbano e Irak.
Sin embargo, quedó una zona sin designación, sobre la
cual la Sociedad de Naciones o Liga de las Naciones – antecesora de la ONU
- creó el Mandato Británico de Palestina.
Durante este mandato, y a raíz de las amenazas del
sionismo, las tribus palestinas empezaron a limar asperezas y a verse a sí
mismos como un pueblo único, que debía enfrentar la intervención británica y la
expansión colonialista sionista.
El mandato ingles perduró hasta 1948, fecha en que
la Organización de las Naciones Unidas (ONU) acordó el reparto de los
territorios en dos Estados, uno judío y otro árabe, con extensiones territoriales aproximadamente
iguales.
En Palestina se destacan dos fuerzas políticas
preponderantes. De un lado, la Organización para la Liberación Palestina (OLP),
creada en 1964, bajo el liderazgo del extinto mítico líder palestino, Yasser
Arafat, que consiste en una coalición de organizaciones palestinas, unidas por
el objetivo de crear el estado palestino y la recuperación del territorio
perdido.
La OLP obtuvo el reconocimiento de la Liga de Estados
Árabes (LEA) y más tarde de la ONU, como único y legitimo representante del
pueblo palestino. Lo que más tarde le permitió obtener la calidad oficial de
observador en la Asamblea General (AG) de la ONU.
La representación política de la OLP es el partido Al
Fatah, de tendencia nacionalista laica. Se caracteriza por una posición más
abierta al diálogo y a soluciones por vía de negociación. Su representante y
líder actual es Mahmoud Abbas.
Por otro lado, se encuentra el movimiento Hamas, cuyo
brazo político lleva el mismo nombre. Surge como contraparte a la OLP y a Al
Fatah, gracias al apoyo de una parte de la población que se encontraba decepcionada
por la ineficacia de estos en lograr la independencia palestina y la notable
influencia ideológica de la revolución iraní del Ayatola Jomeini.
A Fatah se caracteriza por ser nacionalista, yihadista e
islámica conservadora. Sus ideales son más conservadores que los de su oposición,
al tiempo que no escatiman en hacer uso de la fuerza para generar presión
política y conseguir sus objetivos. Su líder actual es Khaled Mashal.
Durante un tiempo, el pueblo palestino estuvo bajo el
mandato de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), surgida tras los Acuerdos de
Oslo de 1993. Esta institución se fragmento debido a los enfrentamientos entre la
OLP y Hamas en 2006-2007.
El resultado ha sido la división de Palestina en dos
gobiernos, la Franja de Gaza dirigida por Hamas y Cisjordania por la OLP.
Jurídicamente Palestina no es un Estado, toda vez que
carece de reconocimiento internacional, pues solo una parte de las naciones del
mundo le reconoce y algunas que lo hacen mantienen reservas sobre dicho
reconocimiento.
Historia de Israel
El Estado de Israel, es un país de Oriente Próximo
ubicado en la ribera sudoriental del Mar Mediterráneo.
Es una nación con especial significación religiosa, pues
en sus territorios se ubican lugares santos para tres de las más importantes
religiones del mundo, el judaísmo, el cristianismo y el islamismo.
Sin embargo, se trata de un Estado reciente, cuyos
orígenes tienen sus raíces en un ideal religioso, una coyuntura
histórica-social, y un activismo pro-israelita con base en Europa y los Estados
Unidos de Norteamérica.
El pueblo judío ha estado siempre ligado al medio
oriente, donde se encontraba Sion (la tierra de Israel) y de la cual fueron
expulsados, iniciándose con ello la historia errante del pueblo judío.
El deseo de algún día volver a las tierras de los
ancestros y crear un estado israelí siempre quedo latente en los corazones de
los judíos, transmitiéndose de generación en generación.
No obstante, ese ideal solo empieza a materializarse con
el surgimiento del movimiento sionista.
El sionismo surgió en Europa a mediados del Siglo XIX y
puede definirse como el movimiento de liberación nacional del pueblo judío. Su
objetivo es concentrar a la población judía en un solo territorio, creando un
Estado libre y soberano que pone fin al éxodo del pueblo.
El movimiento sionista surgió en una época en que se
expandían los pensamientos nacionalistas y los procesos colonialistas. Por lo
que sus fundadores estuvieron directamente influenciados por esos factores.
Los territorios de transjordania y palestina resultaron
ser los idóneos para llevar a cabo el proyecto sionista. Primero, por ser las
míticas tierras en que habitaron sus ancestros, y segundo, por las coyunturas
políticas mismas de los territorios tras la retirada de los turcos y durante el
mandato británico.
En resumen, el proyecto sionista se fundamentó en la
colonización de los territorios que hoy conforman su nación, mediante la
inmigración paulatina de judíos provenientes de Europa, quienes crearon
asentamientos y expulsaron a los pueblos árabes allí radicados.
Sucedieron varios acontecimientos - mencionados más
adelante - hasta que el 14 de mayo de 1948 Israel declara su independencia,
luego de manifestar su rechazo a la propuesta de la ONU para la creación de dos
Estados independientes.
Actualmente, Israel posee tres fuerzas políticas
principales. El Partido Laborista Israelí (PLI), de posición de izquierda
moderada, con orientación social demócrata y sionista. David Ben Gurion, importante artífice de la independencia y
Shimon Peres fueron parte de este partido.
El Likud, un partido de centro-derecha, conservador y
sionista revisionista. Tradicionalmente choca con la línea del PLI. Su
principal líder es el actual primer ministro israelí Benjamin Netanyahu. Son
reacios a la creación de un Estado palestino y a ceder posición en las
negociaciones.
El Kadima, un partido centrista y sionista liberal.
Ideológicamente podemos colocarlo entre el PSI y el Likud. Fue fundado por
Ariel Sharon, antiguo primer ministro de Israel, luego de su salida del
derechista partido Likud.
Actualmente el partido predominante en el Kneset (parlamento israelí) es el Likud.
Lo que provoca que la posición oficial sea más conservadora y contribuya al
estancamiento de las negociaciones entre palestinos e israelíes.
Historia del conflicto palestino-israelí
Entender el conflicto puede ser una tarea compleja. Sin
embargo, para apreciar la razón por la que se deriva la disputa, basta con saber que los territorios que hoy ocupan ambos
pueblos han sido objeto de guerras durante siglos, tanto por su posición
geográfica estratégica como por su importancia religiosa. De manera especial la
ciudad de Jerusalén.
Como ya mencionamos, el territorio fue ocupado en
distintas épocas por diversos imperios y reinos, pero ninguno perduro tanto
como el árabe, que gobernó desde la conquista de Bizancio en el 638 D. C.,
hasta el 1192 cuando se produce la conquista cristiana mediante las cruzadas.
Históricamente la comunidad judía fue una minoría. A ésta
se le negaban ciertas libertades, derechos de representación, de participación
y políticos.
Pero un cambio se produjo tras la conquista de Israel por
parte del general egipcio Ibrahim Falla en 1833. El general Falla permitió
mayores derechos a las minorías judías y cristianas, entre los que cabe
mencionar los de libre tránsito y la participación política representativa.
Ese hecho significó la chispa que permitió la expansión
de la comunidad judía y que más tarde dio origen a la materialización de la
antigua idea de establecer un territorio israelí propio e independiente, es
decir, la puesta en marcha y consecución del proyecto sionista.
Las condiciones ideales para que esto pasara se
presentaron durante la etapa final del mandato del Reino Unido sobre los
territorios de lo que se conocía como Transjordania y Palestina. La desorientación logístico-administrativa del
mandato británico, debido al proceso de transición de la Liga de las Naciones a
la actual Organización de las Naciones Unidas y el final de su mandato mismo,
catalizó la oportunidad israelí.
El 29 de noviembre de 1947 la Asamblea General de la ONU,
tras intensos debates, adopta la Res. No. 181[ii],
mediante la cual se establece un plazo final para la misión de administración
británica y propone un Plan de Partición de los territorios en tres partes: un
estado palestino, uno judío y la ciudad de Jerusalén que tendría un estatuto
jurídico especial y sería administrado por la ONU[iii].
La propuesta otorgaba 46% del territorio a los palestinos
y el restante 54% a los judíos. La proposición fue rechazada.
El 13 de mayo de 1948 – un día antes de concluir el
mandato británico – los israelíes declaran la independencia del Estado de
Israel. Este hecho inesperado enardeció a los árabes quienes a través de la
denominada Alianza Árabe intentaron invadir los territorios israelíes otorgados
por el plan de la ONU.
Este conflicto se extendió por alrededor de 15 meses
provocando cientos de miles de refugiados y desplazados.
La situación constituyó un fenómeno particular, donde una
gran cantidad de palestinos quedaron literalmente atrapados dentro de los
límites israelíes, mientras otros se vieron forzados a trasladarse a las zonas
de Cisjordania y Gaza, quedando en un estatus de refugiados que hasta hoy en día
provoca debates.
Mientras el conflicto continuaba, Israel ocupaba más terreno
de lo que originalmente el plan de la ONU le otorgaba. Para ello creaban
asentamientos sobre la franja de Gaza y Cisjordania.
Durante el ínterin de los años 1947-1948, la presión
diplomática llevo a la ONU
a enviar un contingente de Cascos Azules a las zonas de Gaza y el Sinaí. Dichas
intervenciones fueron rechazadas por la Alianza Árabe, mediante una movilización
de efectivos militares apoyados por Egipto, Siria e Iraq y la firma de un pacto
de defensa mutua.
Ante la negativa de los países árabes de retirar sus
tropas, Israel decide utilizar la fuerza militar, con lo que se da inicio a la
conocida “Guerra de los 6 días”.
En ese corto espacio de tiempo Israel logró conquistar
la Franja de Gaza, Cisjordania, Jerusalén del Este,
la península del Sinaí y los Altos del Golán.
Un saldo de cientos de muertos y miles de heridos, así
como alrededor de 300,000 palestinos desplazados fue el resultado del choque
bélico.
Ante el hecho, por primera vez el Consejo de Seguridad
(CS) de la ONU actúa directamente en torno al conflicto, emitiendo la Res. No.
242 de fecha 22 de noviembre de 1967[iv].
La resolución ordena, entre otros, la retirada inmediata
de las tropas israelíes de los territorios ocupados, solicita una justa
solución a la situación de los refugiados y el reconocimiento de la
inviolabilidad territorial e independencia política de los estados de la
zona. Ello implica el reciproco
reconocimiento entre Palestina e Israel.
La resolución fue rechazada por Palestina al entender que
la misma violentaba los derechos de sus ciudadanos.
Desde entonces la disputa no ha dejado de tener etapas de
confrontaciones armadas. Las de mayores consecuencias han sido la Guerra de YomKipur (1973) y la Guerra de Líbano (1983).
Las partes han intentado llegar a acuerdos por medio de
negociaciones, que han contado con importantes mediadores, tales como Estados
Unidos, Europa, la ONU, entre otros. Lamentablemente, todos han sido
infructuosos.
El acuerdo de mayor relevancia es el Tratado de Oslo. Fue firmado en 1991, en la capital española de
Madrid, contando con la participación de
Líbano, Siria, Israel, Egipto y una delegación
palestino-jordana. El Tratado dio inicio a una nueva serie de negociaciones.
Cabe destacar, que el Tratado de Oslo preveía entre
otros, un repliegue de las fuerzas israelíes y los territorios ocupados así
como el establecimiento de un Estado Palestino.
Ese tratado fue también el conducto que permitió que para
1993 los palestinos reconocieran el Estado de Israel y los israelíes a
la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
No obstante, la implementación práctica del Tratado de
Oslo nunca fue eficaz y su propuesta territorial colocaba a Palestina en una
situación geográficamente inviable para sostener un Estado.
El rol de la ONU en el conflicto
El papel de Naciones Unidas en el conflicto ha tenido
diversas limitaciones. La principal radica en el hecho de que el único órgano de la ONU con capacidad de
tomar decisiones vinculantes, es decir, con carácter obligatorio, es el Consejo
de Seguridad. Pero dicho órgano se
encuentra a la vez supeditado a las razones políticas de sus miembros
permanentes, de los cuales Estados Unidos es uno y quien tiene una invariable
postura pro-israelí.
Por ende, toda propuesta de resolución que reconozca a
Palestina como Estado soberano o que vaya en detrimento de la nación israelí es
automáticamente vetada por EE.UU. Impedimento que se hace extensivo para el
conocimiento de cualquier causa en contra de Israel ante los tribunales
jurídicos internacionales.
El esfuerzo más destacado de la ONU en la historia
reciente se refleja mediante la Resolución del Consejo de Seguridad No. 1397
del 12 de marzo de 2002[v]. La misma exige el cese de las hostilidades,
la reanudación de las negociaciones, entre otros.
Esa resolución sirvió de base para que en 2003, Estados
Unidos, la Unión Europea, Rusia y las Naciones Unidas,
presentaran a Israel y la Autoridad Nacional Palestina un documento denominado
la “Hoja de Ruta” como alternativa para una solución política-pacifica del
conflicto.
Esta iniciativa consistía en un plan de paz donde se
reconoce la soberanía y derechos de ambos estados, y mediante una serie de
fases estratégicas plantea la desmilitarización de las zonas en conflicto, la
retirada de los asentamientos israelíes, el apoyo al fortalecimiento y creación
de instituciones palestinas para la factibilidad de un gobierno
autosustentable, entre otros. Notables
estudiosos han afirmado que esa resolución constituye “el más serio de los esfuerzos internacionales para intervenir en el
conflicto con el objetivo de poner fin a la violencia, reanudar las
negociaciones de paz y resolver dicho conflicto”[vi].
Sin embargo, a pesar de las buenas intenciones y los
esfuerzos de los mediadores, las partes envueltas en el conflicto lo
rechazaron, obligando a la ONU a depositar el proyecto en un frío anaquel de
sus archivos.
Queda claro que todos los esfuerzos para reanudar los
procesos de paz y avanzar hacia una solución han sido truncados por uno u otro
obstáculo hasta el momento infranqueable.
El trazado inicial para el reconocimiento de Palestina
Tras un tiempo de relativa calma, al menos en la palestra
internacional, el tema del conflicto palestino-israelí ha vuelto a tomar el
escenario mundial de manera intensa.
Esto tiene sus orígenes en diversas declaraciones
públicas realizadas por importantes personalidades mundiales.
En marzo de 2010, durante una visita al medio oriente, el
Secretario General (SG) de la ONU, Ban Ki-Moon, declaró que la expansión de los
asentamientos israelíes era ilegal y representa un acto contra el derecho
internacional, pidiendo a la vez el levantamiento del bloqueo sobre Gaza[vii].
Esta declaración provocó la reacción del Primer Ministro Israelí, Benjamin
Netanyahu, quien exigió al SG definir su postura en torno al conflicto.
Otra situación reavivó el debate fueron las declaraciones
y posturas del presidente de Estados Unidos, Barrack Obama, quien se ha
mostrado como partidario del reconocimiento de las fronteras previas al
1967. Esa posición quedó plasmada tras su
declaración pública en mayo de 2011 cuando subrayó que "Las fronteras de Israel y Palestina deben basarse en las líneas
de 1967 con intercambios acordados mutuamente, de modo que se establezcan
fronteras seguras y reconocidas para ambos Estados"[viii].
Esas declaraciones, sumadas a la revolución en el mundo
árabe, conocida como “la primavera árabe”, han propiciado el momentum para que la ANP decida
presentar la formal solicitud ante la ONU a fin de ser reconocidos como Estado
Miembro Pleno del organismo internacional.
La cruzada para el reconocimiento de Palestina
Mahmoud Abbas, uno de los líderes de la ANP declaró a
principios de septiembre de 2011, que presentaría la formal solicitud de
reconocimiento de Palestina como miembro pleno de la ONU durante la 66va
Asamblea General Ordinaria Anual de la ONU.
A partir de esa declaración se inicia una imparable ola
de debates en todo el mundo, así como una notoria división de quienes se
encuentran a favor y en contra de la causa.
En su momento se presentaron dos formas posibles en la
que Palestina podía ser reconocida: como Miembro Pleno (i), o como Estado
Observador (ii). Cada una conlleva un proceso particular.
(i) Ser
Miembro Pleno de la ONU involucra su reconocimiento internacional por parte de
la mayoría simple de los países miembros del organismo. De conformidad con la Carta de las Naciones
Unidas (La Carta), el procedimiento para obtener reconocimiento pleno es el
siguiente: la nación a ser reconocida u otro(s) miembro(s) de la ONU solicitan
al Secretario General su consideración para el asunto; el SG evalúa la
solicitud y de considerarla viable la remite al Consejo de Seguridad; Una vez
allí se vota sobre el particular, para lo cual se necesita el voto afirmativo
de 9 de los 15 miembros del órgano, incluyendo el de los 5 miembros
permanentes; finalmente se hace un reconocimiento protocolar por medio de
votación ante la Asamblea General.
(ii)
La
otra vía es el reconocimiento de Palestina como Estado Observador, lo que
usualmente se conoce como la “fórmula vaticano”, ya que es el medio por el cual
el Estado Vaticano obtuvo su estatus actual.
El proceso es más sencillo: se solicita a la Asamblea General el
reconocimiento de lugar; la Asamblea debate y vota sobre el particular. Para
que la solicitud sea aprobada se requiere los votos a favor de por lo menos
¾ del total de miembros de la ONU.
Poseer el estatus de Estado Observador
permite la participación en todas las actividades de la ONU que no sean
reservadas únicamente para miembros plenos. No se tiene derecho a voto de los
proyectos de resolución, aunque se puede firmar y formar parte de la mayoría de
los tratados internacionales emanados de órganos de Naciones Unidas.
La polémica sobre el apoyo o rechazo a la solicitud de
Palestina y de la vía políticamente idónea para la misma mantuvieron divididas
a las principales naciones del mundo.
El Cuarteto de Oriente Medio, integrado por la ONU,
Estados Unidos, Rusia y la Unión Europea (UE) presentaron posiciones contrapuestas.
El Presidente Obama dejó clara su posición de buscar una
solución al conflicto y reconocer a Palestina, siempre y cuando el proceso se
realice por medio de la reanudación de las negociaciones antes de realizar la
solicitud de membrecía a la ONU. Por tanto, una acción unilateral de Palestina
se enfrentaría al veto norteamericano.
Rusia se presenta con cierta neutralidad en la cuestión,
sin dejar de mencionar que ante todo desea evitar cualquier situación que ponga
en riesgo la seguridad regional en medio oriente.
De su parte, la Unión Europea no ha logrado aunar una
posición unificada, ya que dentro de sus miembros se encuentran tanto
posiciones a favor como en contra.
Países como España y Francia han declarado públicamente su apoyo a la
aprobación del estatus Palestino como Estado observador, mientras que otros
como Reino Unido han permanecido en un punto medio.
En el caso latinoamericano, Brasil, Argentina, Ecuador,
Cuba, Venezuela, Nicaragua, Guyana, Paraguay, Costa Rica y El Salvador han
reconocido al Estado palestino libre e independiente con las fronteras de 1967.
Chile, Uruguay, Perú y República Dominicana lo han reconocido pero sin mención
de sus fronteras, cuestión que consideran debe ser negociada entre Israel y
Palestina. México ha manifestado su apoyo pero no la ha reconocido.
Otras naciones, como Colombia, se han mostrado en contra
de cualquiera de las dos formas para el reconocimiento de Palestina, honrando así la relación y apoyo que reciben
del Estado de Israel en temas como la cooperación, desarrollo agrícola,
seguridad, entre otros.
Dos momentos históricos: la solicitud formal en la
Asamblea General y el reconocimiento ante la UNESCO
El viernes 23 de Septiembre de 2011 quedó marcado en los
libros de historia.
Durante su turno en la 66ma Asamblea General Ordinaria
Anual de la ONU, Mahmoud Abbas, líder de la OLP, solicitó la admisión formal de
su país como miembro pleno de la organización.
Los aplausos de pie de cientos de representantes ante la
Asamblea fueron testimonio de la posición de gran parte de las naciones del
mundo en favor de la causa Palestina.
Durante su alocución, Abbas se refirió al momento como “la
primavera Palestina”, en una analogía a las revueltas en el mundo árabe. Al mismo tiempo resalto el interés de su
pueblo en retomar las negociaciones con Israel una vez estos retiren sus
asentamientos y reconozcan las fronteras palestinas previas al 1967, entre
otros pedimentos.
A menos de una hora del discurso de Palestina, toco el
turno de Israel. El Primer Ministro, Benjamin Netanyahu, se dirigió al foro en
tono defensivo, declarando que gran parte del mundo no comprende la posición de
Israel y solo les ve como el malo de la película.
Manifestó que los israelíes más que nadie desean
conseguir una paz duradera y reconocer al Estado Palestino, enfatizando que
ello solo se lograra a través de negociaciones bilaterales.
Manifestaron que por medio de resoluciones no se
conseguirá la solución del conflicto y que no podrán hacer reconocimiento
alguno de Palestina como Estado, hasta tanto se materialice el marco que
garantice efectivamente la seguridad y soberanía de su nación.
La respuesta israelí ante la acción unilateral palestina
fue inmediata. En una acción que puede calificarse de arrogante y contraproducente,
decidieron permitir la expansión de sus asentamientos en Gilo, una comunidad
judía al sur de Jerusalén.
Estados Unidos también respondió recalcando con énfasis
que no reconocerá a Palestina hasta tanto se reinicien las negociaciones y que
vetará cualquier solicitud unilateral ante el Consejo de Seguridad.
La comunidad internacional reprochó las acciones
israelíes y el apoyo a la causa palestina continuo expandiéndose por más
naciones.
A pesar de la presión política y mediática por parte de
Israel y de los EEUU, la OLP y su líder Mahmoud Abbas continuaron su cruzada. A
sabiendas de que el proceso de debate de su solicitud por parte del CS de la
ONU será largo y accidentado, pudiendo incluso caer en un limbo indefinido,
decidieron tomar una acción política atrevida y arriesgada.
La OLP decidió presentar una formal solicitud de
membrecía como Estado de pleno derecho ante la Organización de las Naciones
Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
Luego de recibida y analizada la propuesta, el lunes 31
de Octubre de 2011, en el marco de su 36ta sesión de la Conferencia General,
los países miembros de la UNESCO decidieron mediante mayoría simple reconocer a
Palestina como Estado de pleno derecho ante la organización.
Para su aprobación, la propuesta requería el voto
afirmativo de por lo menos ¾ partes de la membrecía; Lo cual no fue un
inconveniente pues obtuvo un total de 107 votos a favor, 14 en contra y 51
abstenciones.
Como era de esperarse, las reacciones ante este
reconocimiento fueron inmediatas.
Mientras un considerable numero de naciones celebraban el
logro político de Palestina, Israel condenó el hecho, calificándolo como una
muestra de la falta de voluntad palestina por continuar las negociaciones
bilaterales.
De su lado, los EEUU decidieron tomar una drástica
medida, consistente en el retiro de su aportación económica a la UNESCO, aproximadamente
unos 80 millones de dólares, es decir, alrededor del 22% del presupuesto total de
la organización.
A pesar de ello, la respuesta de la comunidad
internacional parece clara, si bien esos fondos retirados harán un hueco en el
presupuesto de la organización, han preferido buscar alternativas al
presupuesto antes que declinar su apoyo a Palestina.
La respuesta estratégica de Israel
Las acciones que hasta el momento se realizan en pos del
reconocimiento de Palestina, tiene como principal exponente a Mahmoud Abbas,
líder de la OLP, dejando a un lado las consideraciones de su contraparte
política, el Movimiento de Resistencia Islámica Hamas.
Esto ha significado un punto critico en las aspiraciones
palestinas, pues si bien la OLP goza de mayor reconocimiento y capacidad
negociadora que Hamas, esta ultima representa a una parte importante de la
población y no debe subestimarse su poder político, sobretodo a lo interno de
Palestina y en relación directa con Israel.
Precisamente han sido los israelíes quienes mejor han
sabido sacar partido a la frustración y sentimiento de exclusión de Hamas.
En un insólito acercamiento, Israel realizó una
negociación con los líderes de Hamas con el objetivo de intercambiar
prisioneros cautivos. El canje se materializó a mediados de octubre de 2011,
donde 477 prisioneros palestinos fueron liberados a cambio del soldado israelí
Gilat Shali, quedando pendiente la
liberación de otros 550.
A todas luces, esa maniobra estratégica de Israel buscaba
desestabilizar la relación entre la OLP y Hamas, restando importancia a la
primera y demostrando una actitud de apertura hacia la agrupación política
contraria.
Sin embargo, el resultado no fue el que Israel esperaba,
pues en el transcurso de los últimos meses, la ANP y Hamás en vez de
distanciarse han buscado espacios para su acercamiento.
Así, vale resaltar la importante reunión sostenida entre
Mahmoud Abbas (OLP) y Khaled Mashal (Hamas) en la ciudad del Cairo, Egipto,
durante diciembre de 2011, en la que ambos lideres evaluaron la posibilidad de
sentar las bases para que Hamas se integre a la OLP.
Algunas claves importantes para la solución del conflicto
A pesar de lo complejo de la disputa y la dificultad de
encontrar medios para la solución de la misma, tras analizar su devenir
histórico, podemos al menos resaltar algunos puntos específicos que
consideramos de relevante importancia a fin de crear el terreno ideal para iniciar un verdadero
proceso que conlleve a la resolución de la situación.
La unidad del pueblo palestino
Claramente, la aguerrida división política del pueblo
palestino va en perjuicio de si mismo y sus aspiraciones. Resulta necesario un
verdadero compromiso de acercamiento entre la OLP y Hamas, para lograr un
objetivo superior al de las ideologías que persiguen sus posiciones políticas.
Pues, la pluralidad de ideologías y partidos políticas no es un elemento
negativo, pero su desarrollo mismo queda a la vez supeditado al marco de la
existencia previa de un Estado libre y
soberano con instituciones al menos forjadas y en vías de desarrollo.
Una solución a la situación de los refugiados
La omisión del tema de los refugiados palestinos dentro
de las negociaciones de paz aunada a la negación de sus derechos, constituye un
elemento que dificulta la consecución de una solución viable al conflicto. Por
tanto, el tema debe ser parte integral en la agenda de las negociaciones por
venir. Los palestinos merecen respuesta a la situación de los refugiados, el
fin de los desplazamientos forzados e Israel la garantía de su soberanía
territorial conforme a los límites internacionalmente convenidos.
Redefinir el papel de los EEUU
Los Estados Unidos de Norteamérica deben limitarse a
jugar un papel de mediador entre las partes. Ello implica romper con la tendencia proteccionista sobre
Israel y reconocer que al final de cuentas, la solución solo debe tener como
protagonistas a los pueblos en disputa.
Entender la convivencia entre pueblos como una realidad
insoslayable
Al finalizar nuestros escrito, destacamos dos verdades
irrefutables: los judíos llegaron a Oriente Próximo y crearon el Estado de
Israel; Los palestinos ya estaban por aquellas tierras y tienen el derecho a la
autodeterminación mediante el reconocimiento internacional del Estado Palestino.
Ambas verdades reflejan el entramado enlace que
indefectiblemente obliga a ambas naciones a convivir como vecinos. Lo que el
tiempo y la voluntad de ambas partes pueden cambiar es la forma en que se
desarrolla su convivencia, en conflicto o en paz.
Consideramos, que el momento histórico en que vivimos,
principios de siglo y de milenio, es ideal para romper barreras y forjar nuevos
paradigmas que sienten las bases de un mundo más justo.
Deseamos, tener la dicha de ver a estas naciones
conviviendo en paz y procurando su armónico desarrollo.
Por Aníbal Mauricio. Abogado e internacionalista. Fundador y Director de Encuentro Jurídico. Miembro e investigador del Consejo Dominicano de Relaciones Internacionales (CDRI) y del Centro Argentino de Estudios Internacionales (CAEI).
Notas de referencia:
[i]V. Mapas
palestina. En línea: http://www.mundoarabe.org/mapaspales.htm
(visitado el 18/09/2011).
[ii]V. Resolución completa. En línea:
http://daccess-dds-ny.un.org/doc/RESOLUTION/GEN/NR0/041/19/IMG/NR004119.pdf?OpenElement
(Visitado el 20/09/2011).
[iii] V. Mapa de la división de la ONU. En línea:
http://www.google.com.do/imgres?q=palestina+propuesta+1947&hl=es&biw=1024&bih=653&gbv=2&tbm=isch&tbnid=29bTZy4HSIlvPM:&imgrefurl=http://lestadhijodelanoche666.blogspot.com/2009_01_01_archive.html&docid=gPf6E4Jal1Bu7M&w=300&h=300&ei=LQl5Tr2xBcmtgQfl_5C1DQ&zoom=1&iact=hc&vpx=758&vpy=130&dur=7071&hovh=225&hovw=225&tx=123&ty=106&page=1&tbnh=148&tbnw=148&start=0&ndsp=15&ved=1t:429,r:4,s:0
(Visitado el 20/10/2011).
[iv] V. Resolución completa. En línea:
http://daccess-dds-ny.un.org/doc/RESOLUTION/GEN/NR0/241/30/IMG/NR024130.pdf?OpenElement
(Visitado el 20/09/2011).
[v] V. Resolución completa. En línea:
http://daccess-dds-ny.un.org/doc/UNDOC/GEN/N02/283/62/PDF/N0228362.pdf?OpenElement
(Visitado el 20/09/2011).
[vi] BAR-SIMAN-TOV, Yacov. La Hoja
de Ruta: ¿hacia una resolución del conflicto Palestino-Israelí? Anuario
del InstitutEuropeu de la Mediterrania. Ed. 2003. En línea: http://www.iemed.org/serveis/adocuments.php
(Visitado el 20/09/2011).
[vii] V. Ban Ki-Moon se solidariza en Ramala con los palestinos y exige el
fin de las colonias. Periódico digital El Mundo. En línea:
http://www.elmundo.es/elmundo/2010/03/20/internacional/1269107009.html(Visitado
el 20/09/2011).
[viii] V. Obama pide solución palestino-israelí con fronteras de 1967.
Periódico digital Panorama Diario. En línea: http://www.panoramadiario.com/internacional/articulo/articulo/2/obama-pide-solucion-palestino-israeli-con-fronteras-de-1967/categoria/1/?no_cache=1
(Visitado el 20/09/2011).
Mauricio, Aníbal. Resumen histórico del conflicto palestino-israelí. Encuentro Jurídico, 22 de septiembre de 2011.
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